sábado, 2 de enero de 2010

El espejo de los demás


Conceptos, percepciones, asimilación, interpretación, y cualquier otra cosas que tenga que ver con la forma en como interactuamos con nuestros semejantes, tiene que ver directamente con la forma en que nos vemos a nosotros mismos, ya que somos el termómetro que utilizamos para valorar a los demás; hago mención de esto a razón del fenómeno humano conocido como fanatismo, admiración, alabanza, etc. Yo siempre he dicho que no tengo madera de fanático o de admirador, pues en realidad no puedo admirar a nadie y al mismo tiempo no puedo denigrar a nadie y aunque siempre hablo del hombre superior, esto no implica ningún tipo de discriminación, pues llamar a las cosas por su nombre no infiere dar mas valor o menos a una u otra a razón de su posición, pero lo aclaro a razón de que en una mente ignorante se confunden los términos calificativos, con un simple adjetivo neutral pero en fin, vuelvo al punto y es que me estaba refiriendo al valor que damos a los demás que es directamente proporcional al que tenemos de nosotros mismos, pues he observado detenidamente y he podido ver en diferentes casos que cuando se trata de una persona notable por cualquier cualidad, llamese esta artística, científica, o deportiva, dependiendo la esfera dentro de la escala de valores de los que rodean a este individuo puede considerarsele importante o simplemente no lo advierten y este es un claro ejemplo del poco valor que cada individuo se da a si mismo y digo esto a razón de las escalas de valores de los receptores, pues si el notable esta en la parte previa de ser uno igual a mi, la gente que no se tiene ningún valor a si misma no puede valorarlo ni darle ninguna relevancia a su virtuosismo, pues al considerarlo un igual, lo rebaja al valor ínfimo o nulo que se da a si mismo, el caso contrario pasa con el admirador que dicho sea de paso no conoce a quien admira y sueña con conocerlo sin darse cuenta que es igual a él, osea un simple ser humano, pero que al considerarlo diferente lo considera único y valioso pues ya que al ser diferente a su persona sin valor por oposicion lógica tiene que ser alguien de mucho valor he importancia, la verdad es que somos el espejo de los demas o ellos el nuestro, nos reflejamos tal cual nos consideramos; creo que esta de más decirlo pero sin dudarlo el hombre superior nunca cae en un error tan garrafal como el de pensarse menos que los demás, o de creerse más, que en síntesis esta fundamentado en el mismo sentimiento de menosprecio personal, pues decir que alguien es menos que uno es aceptar que otros son mas, el verdadero hombre superior sabe que hay diferentes posiciones en la vida y que ninguna implica mayor o menor valor como individuo, además sabe valorar las cualidades de otros, pues no es lo mismo dar valor a las buenas virtudes de los demás que admirar o ser fanático de alguien, NADIE ES MAS QUE NADIE, PERO HAY VIRTUOSOS, HAY GENIOS Y HAY INÚTILES, y los humildes son solo aquellos que saben cual es el saco que mejor les queda, esos al igual que yo somos felices en todas las circunstancias...



Sean felices...

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